viernes, 13 de diciembre de 2013

armas silenciosas para guerras tranquilas

resumen

El documento es una especie de manual teórico/practico de cómo manipular a la sociedad a través del sistema financiero, la economía y los medios de comunicación, con información pseudotécnica en la que se trata la economía como una ciencia o ingeniería social y se la compara con ciencias puras como la física o la biología con la que se establece en paralelismos y analogías varias.
Según el documento estamos ya inmersos en una tercera guerra mundial, aunque sigilosa, que se describe a modo de introducción, en la que llevamos 25 años (en 1979, que es cuando está fechado) a escala internacional, cuyo objetivo es el control social para lo cual se utilizan como armas (las “armas silenciosas” del título) los llamados “automatismos sociales predecibles” que resultarían de la aplicación de técnicas de ingeniería de sistemas y del procesamiento masivo de datos a la economía y las ciencias sociales. “toda ciencia es esencialmente un medio hacia un objetivo. El medio es el conocimiento. El objetivo es el control.”
 Voy dejando algunas citas más como la anterior, porque no tienen desperdicio: “La presente publicación debe estar lejos del escrutinio de la opinión pública. De lo contrario, podría ser interpretado técnicamente como una declaración formal de guerra interna. Además, siempre que una persona o grupo de personas que ocupan una posición de poder importante utilizan tales conocimientos y metodología para la conquista económica sin el conocimiento y consentimiento del público, debe entenderse que hay un estado de guerra interna entre esta persona o grupo de personas y el público. La solución a los problemas de nuestra época requiere un abordaje despiadadamente cándido, sin que interfieran los valores religiosos, morales o culturales.”
De acuerdo con el documento, los avances tecnológicos ocurridos desde el final de la segunda guerra mundial, en particular en los ámbitos de la informática, las telecomunicaciones y la energía posibilitaban unos mecanismos de control para las elites del poder inéditos hasta entonces, pero también podían acabar siendo utilizados por el público en general para acabar disputando ese poder.  “En 1954, los que se hallaban en posición de poder habían reconocido que era cuestión de tiempo, de solo algunas décadas, antes de que el público ordinario fuera capaz de alcanzar y disputar la cuna del poder, y antes de que los elementos esenciales de la nueva tecnología de las armas silenciosas sean accesibles para una utopía publica tal como lo son para lograr ahora una utopía privada”. A partir de ahí, aplicando el darwinismo social, y apelando a la selección natural más despiadada (“...se admitió que una nación o una población que no utilizara su inteligencia no era mejor que los animales sin inteligencia. Tales personas son animales de carga domesticados por su propia elección y consentimiento.”) se justifica que para el mantenimiento del nuevo orden mundial, de la paz, la tranquilidad y el orden, se creasen una serie de armas, de nueva naturaleza adaptada a este tipo de guerra, contra el propio pueblo, para “ llevar a cabo una guerra sigilosa permanentemente contra el público norteamericano con el objetivo  de desplazar la energía social y natural (riqueza) de la masa indisciplinada e irresponsable hacia las manos de algunos más dignos autodisciplinados y responsables.”
El objetivo último es alcanzar un estado de economía totalmente previsible, predecible y en última instancia manipulable: “Para alcanzar una economía totalmente predecible, los elementos de las clases inferiores de la sociedad deben ser controlados totalmente, es decir deben ser domesticados, sometidos al yugo, y asignados a un deber social de largo plazo desde una edad temprana, antes de que tengan la oportunidad de hacerse preguntas o cuestionarse sobre la conveniencia de la materia.”
Para ello se describen algunas técnicas concretas. Por ejemplo: “La calidad de la educación dada a las clases inferiores debe ser de la peor clase, de manera que la brecha de ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases superiores sea y permanezca incomprensible para las clases inferiores. Con tal discapacidad inicial, hasta los mejores elementos de las clases inferiores tienen poca esperanza de salir del lote que les ha sido asignado en la vida.
Esta forma de esclavitud es esencial para mantener un cierto nivel de orden social, paz y tranquilidad para las clases superiores dirigentes.”   ¿Y cómo son estas nuevas armas?    Algunas citas literales entresacadas del documento os pueden dar una idea de por dónde van los tiros (nunca mejor dicho):
“Todo lo que se espera de un arma ordinaria también se espera de un arma silenciosa, solo se diferencian por su manera de funcionar. [...] No producen ruido de explosión evidente, no causan daño físico o mental aparente, ni interfieren de manera evidente con la vida cotidiana social de nadie. Producen sin embargo, un inconfundible “ruido”, causan inconfundibles daños físicos y mentales, e interfieren de forma inconfundible en la vida social cotidiana, es decir es inconfundible para un observador entrenado, para aquel que sabe qué buscar. El público no puede comprender este arma, y entonces no puede creer que en realidad está siendo atacado y sometido.
El público puede sentir instintivamente que algo no va bien, pero esto es por la naturaleza técnica de esta arma silenciosa, no pueden expresar su sentimiento de manera racional, o abordar el problema con inteligencia. En consecuencia, no saben cómo pedir ayuda, y no saben cómo asociarse con otros para defenderse. Cuando un arma silenciosa se aplica gradualmente, las personas se ajustan, se adaptan a su presencia, y aprenden a tolerar las repercusiones sobre sus vidas hasta que la presión (psicológica vía la economía) se vuelve demasiado grande y se hunden.”
Al igual que en la ingeniería una determinada estructura se somete deliberadamente a estrés y pruebas de choque para, estudiando sus resultados, poder predecir cómo se va a comportar en su uso real, lo mismo se hace con la economía: “...los precios de los bienes se someten a un shock, y se observa la reacción de los consumidores. Los ecos resultantes del shock económico se interpretan teóricamente con computadoras, y así se descubre la estructura psico-económica de la economía.
[...]
Entonces ya puede predecirse y manipularse la forma en que las familias responderán a un shock de precios, y la sociedad se convierte en un animal bien controlado con las riendas en manos de un sofisticado sistema contable regulado por computadora que controla la energía social.
Finalmente cada elemento individual de la estructura cae bajo el control informático una vez se conocen las preferencias personales, y dicho conocimiento queda garantizado asociando informáticamente las preferencias del consumidor (código de producto universal, UPC; códigos de barra en los productos) con cada consumidor individual identificado...”  Básicamente lo que viene a decir es que: “con un fundamento matemático y datos suficientes, sería casi tan fácil predecir y controlar la tendencia económica como la trayectoria de un proyectil.” Claro que eso sólo empezaba a ser posible con el desarrollo de la informática y las tecnologías de la información y las comunicaciones.
 A continuación se extiende durante varias páginas en establecer paralelismos entre la economía y la física, en concreto modelando los flujos económicos y los agentes que intervienen como si se tratara de componente de un circuito eléctrico: conductores, resistencias, capacitancias en condensadores e inductancias en bobinas, o lo que llama los “amplificadores econonómicos"  que son "los componentes activos de la ingeniería económica”, y que, como todo amplificador recibe una señal de entrada y produce una señal de salida aumentada en función de una señal de control: “La forma más sencilla de amplificador económico es la publicidad.
Si desde una TV un publicista le habla al espectador como si fuera un niño de doce años, entonces debido a la sugestionabilidad probablemente responderá o reaccionará a esa sugestión con una respuesta tan desprovista de sentido crítico como la de niño de doce años, y esa sugestión alcanzará a su reserva económica haciéndole que entregue su energía para comprar ese producto impulsado cuando pase por el comercio que lo venda.   De acuerdo con el documento, lo que sostiene todo el sistema económico es por un lado la disponibilidad de materias primas y energía y por otro el consentimiento de la gente para trabajar por y para el sistema en orden a lograr un estatus, una posición social, y ocupar un puesto lo más elevado posible en una jerarquía social:
“Cada clase social tiende a garantizar su propio nivel de renta, controlando a la clase inmediatamente inferior, por tanto preserva la estructura de clases. Esto asegura estabilidad y seguridad, pero también el gobierno desde la cúspide. A medida que pasa el tiempo y mejoran la educación y la comunicación, los elementos de la clase inferior de la estructura laboral y social se dan cuenta y envidian las cosas buenas que los miembros de las clases superiores tienen. También empiezan a tener conocimiento de los sistemas de energía y la capacidad de imponer su ascenso en la estructura de clases. Esto amenaza la soberanía de la élite.
Si el ascenso de las clases inferiores puede posponerse lo suficiente, la élite puede obtener el dominio de la energía, y los que consienten trabajar ya no serán fuente esencial de energía. Hasta que no se establece absolutamente el dominio sobre la energía, el consentimiento de la gente para trabajar y para permitir que otros manejen sus vidas debe tenerse en cuenta, si no se hiciera podría suceder que la gente interfiriera en la transferencia final de las fuentes de energía a las manos de la élite.
Es esencial reconocer esto ahora, el consentimiento público aún es la clave esencial para liberar energía en el proceso de amplificación económica.”    Es decir, la primera victoria que hay que lograr es el CONSENTIMIENTO, la primera estrategia que hay que poner en marcha es el ENTRETENIMIENTO y el primer objetivo a asegurar es la DEPENDENCIA.   El CONSENTIMIENTO supone no sólo que el público trabaje en la rueda del sistema por propia voluntad, sino que ofrezca ingentes cantidades de datos propios también voluntariamente:
“Las armas silenciosas operan con datos obtenidos de un público dócil por medios legales.”
 Tales como todos los datos que estamos obligados a entregar o comunicar a las autoridades, como por ejemplo el que se menciona en el documento, vía declaraciones de impuestos: “La información consiste en la entrega obligatoria de datos bien organizados contenidos en los formularios de impuestos federales o nacionales, recolectados, sistematizados, y presentados por los mismos pagadores de impuestos y los empleados.”
 Lógicamente esto se escribió antes del advenimiento de la Web y por supuesto de las redes sociales, pero, para alimentar un poco más la teoría de la conspiración: ¿Os habéis planteado cuanta información ofrecemos hoy en día de forma completamente voluntaria?    Otra cita demoledora: “Cuando el gobierno es capaz de recaudar tributos y confiscar la propiedad privada sin compensación justa, es una indicación de que el público está maduro para rendirse y consentir ser esclavizado y ser objeto de abuso legal.
Un indicador bueno y fácilmente cuantificable de cuándo es el tiempo de la cosecha es el número de ciudadanos que pagan el impuesto sobre la renta a pesar del hecho evidente de no recibir un servicio a cambio por parte del gobierno.”    El ENTRETENIMIENTO, entendido como diversión, pero también como distracción y confusión:
“La experiencia enseña que el método más sencillo de utilizar un arma silenciosa y ganar el control del público es, por un lado, mantenerlo indisciplinado e ignorante de los principios básicos del sistema, y por otro lado mantenerlo confundido, desorganizado, y distraído con cosas insignificantes.
Esto se consigue haciendo lo siguiente:
• Desligando sus mentes de sus espíritus; saboteando sus actividades mentales; suministrando un programa público de educación de baja calidad en matemáticas, lógica, diseño de sistemas y economía; desincentivando la creatividad técnica.
• Ocupando sus emociones, incrementando su autocomplacencia y su desenfreno en actividades físicas y emocionales, mediante:
- La incesante confrontación emocional y ataques (violación mental y emocional) con constante bombardeo en los medios de sexo, violencia, y guerras – especialmente en la T.V. y en los periódicos.
- Satisfaciendo sus deseos en exceso (comida basura para el pensamiento) y privándoles de lo que realmente necesitan.
•    Reescribiendo la historia y la ley y suministrando al público distracciones fabricadas para de ese modo desviar su pensamiento de las necesidades personales hacia prioridades totalmente impuestas desde el exterior.
Todo esto les impedirá obtener sus intereses (reales) y previene del descubrimiento de la tecnología de las armas silenciosas de control social. La regla general es que hay un provecho en la confusión; cuanta más confusión, más beneficio. Por tanto, lo mejor es crear problemas y después ofrecer la solución."    ¿No suena esto demasiado parecido al famoso Circo del “panen et circenses” de los romanos? Que el público se distraiga con los juegos (con su equipo de fútbol, con su selección) con la telebasura y con el bombardeo constante que ofrece la TV.  De todas formas, por si no quedaba claro, el propio documento ofrece un pequeño resumen:
“Medios de comunicación: Mantener la atención del publico adulto distraído, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivándolo con temas sin importancia real.
Enseñanza: Mantener al publico ignorante de las verdaderas matemáticas, de la verdadera economía, de la verdadera ley, y de la verdadera historia.
Espectáculos: Mantener el entretenimiento publico debajo del nivel del sexto año de primaria.
Trabajo: Mantener el publico ocupado, ocupado, ocupado, sin tiempo para pensar, de vuelta a la granja con los demás animales.”  Y por último la DEPENDENCIA, es decir, las razones psicológicas por las que el pueblo permite que una elite la gobierne, y que pueden resumirse de este modo:
“La razón principal por la que los ciudadanos de un país crean una estructura política es un deseo subconsciente o anhelo de perpetuar su propia relación de dependencia de su niñez. Expresado con simpleza, quieren un dios humano que elimine todos los riesgos de su vida, les de palmadas en la cabeza, bese sus contusiones, ponga un pollo en cada mesa, les vista, los arrope por las noches, y les diga que todo irá bien cuando se despierten al día siguiente.”
 Según el manual, este comportamiento público nace del miedo, la pereza, y la conveniencia y hace que el estado del bienestar pueda ser un arma estratégica útil empleada contra la propia sociedad (el Pan del “panem et circenses”). “La mayoría de la gente quiere poder someter  o incluso matar a aquellos seres humanos que perturban su vida cotidiana, pero no quieren afrontar las cuestiones morales y religiosas que un acto así podría generar. Por tanto, le asignan el trabajo sucio a otros (incluyendo sus propios hijos) para mantener limpias de sangre sus manos. Desvarían sobre el trato que los humanos damos a los animales pero se sientan a comerse una deliciosa hamburguesa procedente de un matadero encalado que está bajando la calle pero que no ve.
Pero aún más hipócritamente, pagan impuestos para financiar a una asociación profesional de sicarios, llamados políticos, y después se quejan de la corrupción gubernamental.” Y más aún, según el autor del documento, las personas desean tener la autoridad y el poder para hacer cosas, pero no están dispuestas a aceptar la responsabilidad que ello conlleva, y por ello “delega” en los gobernantes y políticos:
“El pueblo mandata a los políticos a fin de poder:
    - Obtener la seguridad sin tener que organizarse.
    - Obtener acción sin tener que pensar o reflexionar.
    - Robar, herir y matar a otros sin tener que contemplar la vida o la muerte.
    - Evitar asumir la responsabilidad por sus propias intenciones.”

 Y de este estilo es todo el contenido del documento. Es un poco simple para ser un manual real, quizás demasiado pseudo-técnico para revestirse de cierta autenticidad y probablemente demasiado panfletario a veces (ciertos pasajes parecen escritos didácticamente desde el punto de vista de quien tiene que defenderse de las armas silenciosas más que desde el punto de vista de quien tiene que emplearlas). Pero contiene ciertas ideas para pensar.  Ya sabemos que el conocimiento es poder (por eso el conocimiento económico profundo se oculta en la educación pública, justamente por el uso que se hace de la economía en contra de la población) y es innegable y sorprendente el gran volumen de datos de todos nosotros que se necesitan para afinar este tipo de modelos de control, datos que cada vez más están disponibles. Pero en cualquier caso, y precisamente por ello, el conocimiento de estas técnicas y estrategias también puede darnos poder para utilizarlas como defensa al igual que pueden ser utilizadas contra nosotros como armas.

resumen del cratilo

El diálogo titulado Cratilo tiene por objeto desarrollar el problema del lenguaje y su relación con los seres. Es una investigación que forma parte de lo que Platón llama una «ciencia de los nombres», que como toda cosa bella es difícil de conocer. Como en sus otros diálogos, Platón no deja pasar la oportunidad de criticar, por boca de Sócrates,  las posturas de los sofistas: comienza advirtiendo, cuando le invitan a expresar su pensamiento acerca de lo propio de los nombres, que si hubiese podido asistir a las clases del sofista en casa de Pródico y pagar su costo, todo lo que deseaba saber acerca del tema le hubiera sido comunicado. Contraponiéndose a este modo de conocimiento, Sócrates acepta buscar la verdad junto con los otros, compartiendo el esfuerzo y el riesgo de la investigación. Según su postura, la verdad debe ser poder sostenerse argumentativamente, dialógicamente.
Se enfrentan dos posturas:  Cratilo sostiene la tesis de que existe una denominación propia (nombres propios, apropiada a su naturaleza) y natural para cada uno de los seres, que hay “una manera fija y precisa de denominar”  y que es la misma para todos los hombres (griegos y bárbaros). La naturaleza le ha dado a los hombres un «sentido propio», una capacidad consistente en nombrar las cosas. El nombre propio de cada ser no resulta de la convención o del acuerdo entre los hombres o entre los miembros de una comunidad; por esa razón, se suele convenir en llamar a alguien con un nombre que no es propio.
 Hermógenes afirma, por su parte, que “la naturaleza no asigna nombre alguno a los objetos como cosa que les sea absolutamente propia e insustituible, sino que más bien se trata de un asunto de uso y costumbre entre aquellos que suelen estar encargados de dar los nombres”, de lo cual se inferiría que alguien pueda dar a una cosa un nombre distinto al que utilizan todos los demás y de ello hay pruebas en la experiencia, ya que hay cosas que tienen distintos nombres en distintas polis griegas y hay aún mayores diferencias entre los griegos y los bárbaros. De esta tesis también se infiere que el ser de cada cosa es relativo a cada uno de los hombres que las nombran. Platón emparienta esta postura con la tesis de Protágoras de que «el hombre es la medida de todas las cosas», entendida como la afirmación de que cada uno tiene su verdad, pues puede nombrar a las cosas como quiera ya que las cosas son tal como parecen a cada quien.
Sócrates examina en primer lugar la última tesis, partiendo de que si hay algo a lo que se llama “decir verdad” y algo a lo que se llama “decir mentira [falso]”, entonces hay “discursos verdaderos y discursos falsos”. Y si un discurso es verdadero cuando dice “las cosas como son” y es “falso el que las diga cómo no son”; entonces, “es posible decir mediante el discurso lo que es y lo que no es”. De lo anterior se deriva que si un discurso es verdadero, también lo serán sus elementos componentes más simples (como son los nombres), y si es falso, sus componentes lo serán también. Si hay discursos verdaderos y discursos falsos, entonces la tesis de Protágoras es falsa, pues (según ella) todos los discursos son verdaderos para quien los pronuncia, pero podrían ser falsos para los demás, “si las opiniones de cada uno son para cada uno la verdad”. Para que haya discursos verdaderos y discursos falsos es necesario las cosas tengan “por sí mismas y de un modo permanente un cierto modo de ser, que no es ni relativo a nosotros ni dependiente de nosotros. Y que no se dejan arrastrar aquí y allá al capricho de nuestra imaginación, sino que existen por sí mismas, según su propio ser y de acuerdo con su naturaleza”.

Sócrates advierte que no solamente las cosas tienen una naturaleza propia, sino también las acciones (como, por ejemplo, «cortar», «quemar», «nombrar» o «hablar»). El hablar es una acción que se refiere a las cosas. Una acción es buena cuando está de acuerdo con la naturaleza de su objeto. “Luego es preciso nombrar las cosas según la manera y el medio que ellas tienen naturalmente de nombrar y ser nombradas, y no como se nos antoje”. Todas las acciones requieren de instrumentos y el adecuado para «nombrar» es el nombre, “que sirve para instruir y para distinguir la realidad”. El nombre es un instrumento para el nombrar, por medio del cual “nos enseñamos algo los unos a los otros” y “distinguimos las maneras de ser de los objetos”. El “buen instructor” será el que se sirva de este instrumento «como es preciso»; es decir, “del modo adecuado para instruir”. Los instrumentos (los nombres) le son provistos al «instructor» [al maestro] por el nomos, que es la obra del legislador. El legislar es un arte y no todos los hombres son legisladores, sino los que poseen ese arte. En consecuencia: es al artesano legislador y “el primero que se presente” a quien corresponde “establecer los nombres”.
Todo artesano construye sus instrumentos sobre el modelo de la cosa propiamente dicha [la idea, lo que es en sí mismo] y la naturaleza de todo es instrumento es ser apropiada al objeto a que se aplica. Análogamente, los nombres se construirán según lo que resulte naturalmente adecuado a la cosa nombrada. Entre los bárbaros o entre los griegos el buen legislador será el que “imprima la forma del nombre requerido para cada cosa a las sílabas”. El hombre más capacitado para juzgar sobre la virtud de un instrumento es quien se sirve de él, quien lo utiliza, y en el caso de los nombres, éste es “el hombre que conoce el arte de interrogar (…) y que sabe al mismo tiempo responder”; es decir, al dialéctico, al filósofo (como lo llamará en la República).

Se arriba de este modo a una primer conclusión provisoria: Hay muchas probabilidades de que la tesis de Cratilo de que “los nombres pertenecen naturalmente a las cosas y que no todo el mundo está en condiciones de hacer de artesano del nombre, sino tan sólo aquellos que, sin apartar los ojos del nombre natural de cada objeto, son capaces de dar forma a las letras y las sílabas”. Sócrates muestra, a continuación, cómo el nombre de Héctor contiene la esencia de lo nombrado (ser hijo de un rey y, por tanto, de naturaleza real), pues, en general, “los seres cuya generación es conforme a la naturaleza deben recibir los mismos nombres”. Una larga lista de etimologías continúa el análisis del significado de Héctor, que termina por hacer exclamar a Hermógenes: «Verdaderamente, Sócrates, diríase oyéndote que, como los inspirados, súbitamente empiezas a lanzar oráculos» (crítica análoga a la referida contra Heidegger en nuestros días, que se vale de la misma metodología).

lunes, 9 de diciembre de 2013

atenas contra esparta

Los acontecimientos de las guerras del Peloponeso son objeto incluso hoy de profundo estudio por lo que eseñan sobre diplomacia, estrategia y tácticas. Sin duda, éste es el mejor testimonio de la fascinación que suscita el choque entre las dos mayores potencias del mundo griego, Atenas y Esparta. La infame guerra civil que asoló la Hélade acabaría arrastrando a todos los aliados de las dos principales ciudades-estado y llevando a Atenas a la superpoblación y a una terrible epidemia de peste. Este libro revela el lado más oscuro de la civilización griega, con una mirada vívida e inquietante por la pasión con que se lanzaron a la guerra y la devastación los hombres que hoy celebramos como los fundadores de la civilización occidental.

sábado, 7 de diciembre de 2013

las analectas de confucio

resumen

La bondad en Las analectas de Confucio no sólo hace referencia a algo en específico. Hablando en sentido general, significa aplicar una política de benevolencia en todos los territorios bajo el cielo. Desde un punto de vista más particular, significa amar a las personas. Hace referencia a la lealtad y a la consideración, y a la forma de ser fundamental del ser humano real, o sea, la piedad filial a los padres y el amor y el respeto a los hermanos mayores. Ser un hombre benévolo en un sentido verdadero es muy difícil, pero todos pueden hacer algo para lograrlo, es decir, hacer el bien, es la práctica de mantener esta virtud.

La metafísica de Confucio
El confucianismo, según enseñó su fundador, no es una religión en el sentido tradicional. Es un código ético. La cultura china estaba imbuida de la religión del animismo, la creencia de que los dioses y espíritus viven en las formaciones naturales. Junto con una cosmovisión animista, existía la creencia en el culto a los ancestros. Los espíritus de los muertos debían ser honrados y cuidados por los familiares vivos.
Sin embargo, en sus enseñanzas Confucio evitó los temas espirituales. Se lo puede clasificar como un agnóstico que creía en los espíritus y lo sobrenatural, pero que no estaba interesado en ellos. Tenía una perspectiva humanista y racionalista. "Su posición en asuntos de fe era ésta: todo lo que parecía contrario al sentido común en la tradición popular y todo lo que no servía algún propósito social capaz de ser descubierto, lo consideraba fríamente".{1} La respuesta a los problemas culturales y sociales se encontraban en la humanidad misma y no en nada sobrenatural.
Un discípulo de Confucio escribió: "El maestro nunca habló de prodigios, hazañas de fuerza, trastornos o espíritus" (Analectas 7:20). Confucio mismo dijo: "Dedicarse apasionadamente al deber que uno tiene para con la humanidad y respetar a los espíritus mientras se mantiene distante de ellos, puede denominarse sabiduría" (Analectas 6:20). "Los puntos de vista de nuestro maestro con relación a la cultura y la demostración exterior de bondad, se nos permite escuchar; pero acerca de la naturaleza del hombre y los caminos del cielo, no nos dirá absolutamente nada" (Analectas 5:12).
Confucio menciona de vez en cuando el "mandato del cielo". Aparentemente interpreta esto como la ley natural o el orden moral dentro de las cosas. Los hombres deben buscar vivir dentro de este orden. Uno debe cuidarse de no violar la ley del cielo. Confucio escribió: "A quien se coloca incorrectamente con relación al cielo no le queda ningún medio de expiación" (Analectas 3:13). En el sistema confucianista, un ser divino no tiene un papel significativo; su filosofía está centrada en el hombre y depende del esfuerzo propio. El hombre es suficiente para alcanzar el carácter ideal a través de la educación, el esfuerzo propio y la autorreflexión. La meta de la vida era vivir una buena vida moral. Luego de su muerte, el confucianismo evolucionó, combinando las religiones chinas tradicionales con el budismo para agregar un componente espiritual.
En contraste, el cristianismo está centrado en Dios. Está fundado en una relación con un Dios personal que está involucrado con el mundo. Confucio se centró en la vida aquí, en esta tierra. Jesús se centró en la eternidad. Para Jesús, lo que ocurre en la eternidad tiene ramificaciones aquí en la tierra. En Mateo 6:19 y 20 Jesús dijo: "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar". Aquí vemos las perspectivas básicamente diferentes de Jesús y Confucio.
La ética de Confucio
Hay tres principios clave que se enfatizan en las enseñanzas de Confucio, los principios de Li, Jen y Chun-Tzu. El término Li tiene varios significados, y suele traducirse como decoro, reverencia, cortesía, ritual o la norma de conducta ideal. Es lo que Confucio consideraba como la norma ideal del comportamiento religioso, moral y social.
El segundo concepto clave es el principio de Jen. Es la virtud fundamental de la enseñanza confucianista. Jen es la virtud de la bondad y la benevolencia. Se expresa mediante el reconocimiento del valor de los demás y la preocupación por ellos, independientemente de su rango o clase. En las Analectas, Confucio resume el principio de Jen en esta afirmación, que suele ser llamada la Regla de Plata: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti" (Analectas 15:23). Li brinda la estructura para la interacción moral. Jen lo convierte en un sistema moral.
El tercer concepto importante es el de Chun-Tzu, la idea del verdadero caballero. Es el hombre que vive de acuerdo con las normas éticas más elevadas. El caballero muestra cinco virtudes: autorrespeto, generosidad, sinceridad, persistencia y benevolencia. Sus relaciones se describen de la siguiente forma: como hijo, siempre es leal; como padre, es justo y amable; como oficial, es leal y fiel; como esposo, es recto y justo; y, como amigo, es fiel y discreto.
Si todos los hombres vivieran según los principios de Li y de Jen, y se esforzaran por tener el carácter de un verdadero caballero, la justicia y la armonía gobernarían el imperio.
El cristiano encuentra que coincide con muchos de los principios y virtudes éticos de Confucio. Concordaría también con muchas de las cualidades del carácter del verdadero caballero, y trataría de desarrollar esas cualidades.
Lo que explica la similitud entre la ética del confucianismo y otros sistemas religiosos es lo que dice Pablo en Romanos 2. Dentro de todo hombre existe una conciencia, o ley natural, dada por Dios, que guían nuestra conducta moral. Esto ocurre porque fuimos creados a la imagen de Dios, así que reflejamos el carácter de Él. Sin embargo, la similitud de códigos éticos no significa que las religiones son iguales.
La diferencia clave puede ser ilustrada de la siguiente forma. La ley confuciana está resumida en la Regla de Plata. Jesús resume sus enseñanzas de esta forma: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:37-39). Confucio creía que, a fin de verdaderamente lograr los principios de LiJen y el carácter de un verdadero caballero, uno debía mirar dentro de uno mismo. Jesús lleva su enseñanza un paso más adelante. Todos sus principios giran alrededor de una relación con Dios primero. Sólo entonces podemos verdaderamente amar a nuestro prójimo.
La naturaleza del hombre
La filosofía confucianista está edificada sobre la creencia fundamental de que el hombre es básicamente bueno. Las Analectas dicen: "El Maestro dijo: '¿Está la bondad realmente tan lejos? Si realmente quisiéramos la bondad, deberíamos encontrar que está a nuestro lado'" (Analectas 7:29). El discípulo confuciano Mencio desarrolla esto más y dice: "La naturaleza del hombre es naturalmente buena, así como el agua fluye naturalmente hacia abajo" (Chan 52). Esta bondad innata podría ser desarrollada y actualizada mediante la educación, la autorreflexión y la disciplina. El estudio de las seis artes, que incluyen la ceremonia, la música, la arquería, conducir cuádrigas, la escritura y las matemáticas, desarrollaría el carácter de una persona.
Sin embargo, a pesar de la bondad natural del hombre, Confucio enfrentó la realidad sinceramente. Cuestionó el hecho de que fuera posible alguna vez alcanzar el nivel de un verdadero caballero. Confucio dijo: "Yo, por mi parte, aún no he visto a nadie al que le interesara realmente la bondad, ni nadie que realmente aborreciera la maldad" (Analectas 4:6). Se dijo a sí mismo: "En cuanto a ser un sabio divino o aun un buen hombre, lejos esté de mí hacer atribuirme semejantes cosas" (Analectas 7:33). "El Maestro dijo: 'Los Caminos del verdadero caballero son tres. Yo mismo no he logrado éxito en ninguno de ellos'" (Analectas 14:30). Pero si el hombre es bueno por naturaleza, ¿por qué no podemos alcanzar lo que debería resultarnos natural?
La Biblia está basada en una visión contrastante del hombre. Enseña que el hombre ha sido creado a la imagen de Dios, y era originalmente bueno. Sin embargo, debido a la caída, en Génesis 3, el hombre es ahora pecador y está en rebelión contra Dios. Por lo tanto, su tendencia natural es desobedecer los mandamientos de Dios, y tiene el impulso de complacerse a sí mismo. Pablo dice, en Romanos 7:18: "El querer el bien está en mí, pero no el hacerlo".
De los dos puntos de vista -el de Confucio y el de la Biblia-, ¿cuál representa la verdadera realidad de la naturaleza humana? ¿Pensamos naturalmente pensamientos puros y santos o, dejada libre, nuestra mente siente deseos carnales y anhela riquezas materiales? ¿Qué tendencia surge en nosotros naturalmente, pensar en cosas nobles o en cosas egoístas? ¿Qué ha demostrado la experiencia personal y la historia?
Según la Biblia, la buena educación es un paso positivo para ayudar a cambiar al hombre, pero se queda corto. El hombre necesita una transformación del corazón. La transformación de la vida ocurre cuando una persona entra en una relación personal con Dios a través de su Hijo, Jesucristo. La naturaleza de una persona es transformada porque el Espíritu de Dios mora en ella. Si bien el cristiano no es capaz de vivir los principios de Dios impecablemente, no queda librado a vivir una vida santa por su cuenta. Dios le brinda el Espíritu Santo para que more en él y le permita vivir en obediencia a su ley.
Una crítica final
La mayoría de las personas de ascendencia asiática tal vez no sean adherentes estrictos al confucianismo, pero todas están influidas por su filosofía. Todo el que busca servir en culturas asiáticas encontrará que vale la pena leer las obras de Confucio. El confucianismo predica muchos buenos principios de ética. Es muy adaptable y muy fluido en su estructura. Esa ha sido una debilidad, pero también una fortaleza del sistema, ya que le permite unirse a otros sistemas religiosos inclusivos. Sin embargo, el sistema tiene algunas deficiencias.
Confucio enseñó un sistema muy pragmático y utilitarista. Sin embargo, las personas no logran sobrevivir durante un período largo en este tipo de sistema. Pronto necesitarán una metafísica que sostenga el sistema ético, que les dé un significado último para su existencia y les ofrezca esperanza cuando enfrenten el sufrimiento injusto y el mal. El confucianismo se queda corto como una visión integral de la vida, porque no aborda varios temas clave. Primero, el sistema confucianista lo deja a uno espiritualmente vacío porque no contesta la pregunta: ¿cuál es la naturaleza de lo último religioso? El hombre es un ser espiritual. Agustín dijo que dentro de cada hombre hay un vacío con forma de Dios que sólo puede llenar Dios. El anhelo de respuestas espirituales no es un asunto occidental sino algo esencial para todos los hombres. La cultura china siempre ha mostrado un deseo de llenar este vacío espiritual. El animismo chino y el culto a los ancestros nunca han sido eliminados. El pensamiento confucianista terminó por combinarse con el animismo chino. Cuando el budismo introdujo la cosmología de la reencarnación, fue incorporada ávidamente dentro del sistema confucianista.
Segundo, el sistema confucianista no contesta la pregunta clave: "¿Por qué existe el universo y qué explica su origen?". Una pregunta relacionada es: "¿De dónde vine yo?". Esto conduce a las siguientes preguntas: "¿Cuál es el significado de la existencia de la humanidad en el universo?" y "¿Cuál es el significado último de mi existencia?"
. Tercero, el sistema confucianista no contesta la pregunta: "¿Qué ocurre después de la muerte?". La muerte es un dilema universal para toda la humanidad, y esta pregunta tiene que ser contestada. Lo que ocurre después de la muerte tiene tremendas ramificaciones con relación a cómo viviremos aquí, en la tierra. ¿Hay una recompensa o un castigo luego de la vida en la tierra? ¿Qué determina el estado de una persona luego de la muerte? Sin ninguna explicación sobre esto, el confucianismo no puede ofrecer ninguna esperanza verdadera a quienes han experimentado el mal o el sufrimiento injusto.
Finalmente, el confucianismo está construido sobre el fundamento falso de que el hombre es innatamente bueno. La experiencia, la historia y la Biblia lo dejan en claro: el hombre es pecador por naturaleza y naturalmente busca complacerse a sí mismo.
El cristianismo ofrece una visión integral de la vida, porque explica la naturaleza de Dios, nuestra relación con Él, el origen de la creación y lo que ocurre después de la muerte. Jesús nos ofrece significado en la vida y una esperanza eterna que la muerte no puede vencer.

los cuatro libros de confucio

resumen

 Estos cuatro libros, que Confucio no redacto personalmente, son el canon de su escuela, también conocida como de los Letrados. Frente al individualismo anarquizante del taoísmo, el confucionismo representa la dimensión social del hombre, cuya moralidad viene definida por el deber, la posición y la función, que demuestran que la historia y la cultura chinas tan incomprensibles sin las doctrinas de Confucio como las europeas sin la filosofía griega y el cristianismo. Confucio, la forma latinizada de Kong FU ZI(Maestro KOng), es el sobrenombre de Kong Qui, letrado del estado de Lu que fue conocido a partir de su adolescencia como Kong Zhong NI. Originario de Zou, en la actual provincia de Shandong, según la tradición china nació en el año 551 a.C. uno después de Buda y murió en el 479 A.C., ocho antes del nacimiento de Sócrates. Miembro de la pequeña nobleza, sirvió durante mucho tiempo a su príncipe, pero luego se exilio durante trece años y se dedico a instruir a sus discípulos.

maria montessori: una vida dedicada a los niños

resumen
La historia se desarrolla en la ciudad de Roma en septiembre del año 1892. Una mujer joven de nombre María Montessori  está ansiosa por entrar a la facultad de medicina y cirugía, pero en esos tiempos la educación superior estaba prohibida para las mujeres, ninguna en su tiempo se había atrevido a solicitar admisión, pero María lo hizo. El primer día de clases fue para ella algo incómodo, pues estaba rodeada de hombres ya que era la única mujer en esa facultad, y  al entrar al instituto fue recibida con bromas vulgares por parte de sus compañeros,  luego fue recibida por el director quien le dio una serie de instrucciones de cómo debía entrar a la escuela para evitar conflictos con sus compañeros. En su primera clase el profesor pidió un  voluntario para que hiciera un pequeño corte en un cadáver, ningún hombre se atrevió a realizar esa petición, entonces Montessori decidió en participar aunque con pavor hizo lo que el maestro había pedido, y así paso su primer día de clases, ya en la tarde le conto a su madre todo lo que le había sucedido y ya un tanto desanimada le decía a su madre que difícilmente llegaría a ser un médico, pero lo único que recibió fue más ánimo, que le demostrara a los hombres que las mujeres también pueden con la ciencia, y así  fue pasando el tiempo, ella estudiando todos los días y aprendiendo cada día más, hasta que de la noche a la mañana ya había cumplido un año en que había entrado a la escuela. Fue entonces cuando conoció a un joven maestro de psicología, ella necesitaba a alguien que fumara para que inhibiera el olor de un muerto en el cual iba a hacer un experimento. Ya fue después que supo que él era un maestro de psicología, días después la señorita Montessori busco al maestro de psiquiatría para pedirle que le permitiese formar parte de un proyecto que él estaba realizando, el proyecto consistía en sacar de un manicomio a niños que supuestamente tenían problemas mentales, estudiar sus comportamientos y tratar de deducir un tratamiento adecuado para ellos,  en un primer momento él se negó, pero como la joven insistió el accedió, al día siguiente fueron a la clínica de psiquiatría, en ese lugar había hombres, mujeres y niños  que no tenía uso de sus facultades mentales, unos más agresivos y otros más calmados, en ese lugar fue donde tuvo el primer contacto con los niños que después les cambiaría la vida. Como era el último día del maestro en ese lugar le prepararon una fiesta de despedida, ya que el proyecto lo iba a realizar en otro lugar. Al terminar la fiesta el maestro le da las gracias a Montessori y le dice que no la puede dejar seguir participando con el proyecto, ya que ello necesita tiempo, dedicación, y que era muy complicado para una mujer, pues una mujer tarde o temprano tenía que casarse y tener que encargarse de su familia, ese eran el motivo que le daba, Montessori no insistió más y le dijo con tono de reclamo que si pensaba que una mujer no era capaz de realizar esas actividades que no había ningún problema, y se retiró del lugar. A los pocos días ella regresa al instituto a ver cómo iba el proyecto, pues estaba tan interesada en ello, pero antes de que hiciera una petición el profesor tomo la palabra y le dijo que no tratara de pedir nada, pues el tenia bien claro sus decisiones, la señorita Montessori no dijo nada ante ello y se marchó. Al día siguiente, muy temprano, el profesor fue a buscar a la joven Montessori para decirle sus verdaderos motivos de porque no la dejaba ser parte de su proyecto, el primero era el hecho de que ella era una mujer, pero le dijo que sus razones no eran que ella fuese incompetente si no que era difícil trabajar al lado de una mujer tan hermosa, que cuando él estaba cerca de ella sentía algo; entonces este le roba un beso a la joven pero ella le responde con una cachetada, segundos después ambos terminaron besándose y decidieron tener una relación en secreto, fue así como la señorita Montessori empezó a formar parte del proyecto de su ahora amado profesor Giuseppe, la joven no estaba de acuerdo en la forma en que trataban a los niños, pues solo los veían como objeto de investigación, ella le dice Giuseppe que la forma de tratarlos debía ser más humanista y en vez de tratarlos debían educarlos, en este momento es cuando Giuseppe decide darle un grupo de niños a Montessori para que los educase a su manera.
Entonces ella ahora encargada de un grupo de niños, hace su primera visita para comenzar a educarlos a su manera, al entrar en el lugar en el que los niños estaban se da cuenta de que los tenían como prisioneros, aunque ya no los trataran como en el manicomio los tenían muy encerrados y privados de su libertad, además de dio cuenta de la necesidad de que los niños necesitaban objetos con que distraerse, pues en donde estaban solo jugaban con las migajas de pan que se les  caían al comer, en el momento en el que ella hacia toda esta observación comienza a llover y lo primero que hace es sacar a los niños de ese encierro y los lleva a jugar el agua, al parecer ellos no conocían la lluvia y al hacerlo se divirtieron mucho, la señorita les pidió que describieran lo que percibían, uno de ellos dijo que se sentía feliz, en el momento venia llegando el maestro Giuseppe con un pedagogo al cual le estaba solicitando un financiamiento para su investigación que y cuestionaron sobre lo que ella estaba haciendo. Al día siguiente la joven le llevo a los niños muchos objetos con los que jugaron por un buen rato, ella les explicaba para que servían y que formas tenían. Poco tiempo después ella se gradúa en la facultad de medicina, es felicitada por el director por sus compañeros, se disculparon por no creer en ella en un principio, pues había resultado ser la mejor estudiante, en el evento solo saludo a sus padres y amigos y rápidamente salió para irse con su novio, pues ella quería estar con él, se fueron a casa de él y paso lo que tenía que pasar, tuvieron relaciones íntimas, y durmieron juntos, se contaban sus miedos, sus sentimientos. Ya en el instituto María Montessori es aconsejada por el pedagogo que deje la investigación que está realizando, que no lo va a llevar a ningún lado, y que cada vez es más probable de que no les den el apoyo que tanto piden, pero ella como siempre tan optimista no se da los brazos a torcer y se acuerda de una cita que tiene con un carpintero, sale corriendo del instituto para ir a ver al carpintero, ya estando ahí le pide los materiales necesarios para que ella pueda elaborar sus materiales didácticos, tenía pensado hacer letras y números con madera, pero en el camino a su casa empieza a sentir mareo y nauseas, ella dedujo que estaba embarazada, de paso fue a ver a Giuseppe Montesino para darle el aviso, ella no se pudo contener ni un solo minuto más por lo que lo tuvo que interrumpir de una clase que el tenia, pero siempre con la mayor discreción posible se vieron y platicaron en lo que iban a hacer, quedaron de acuerdo en que el hijo iba a ser un secreto y que por el momento nadie tenía que enterarse ya que podía echar a perder todo el proyecto, entonces cuando la panza se le empezó a notar ella tenía que fajarse para evitar ser descubierta, sin embargo ambos querían tener ese hijo. Con el material que había comprado en la carpintería se puso a hacer las letras y los números, aunque se le hacía un poco difícil pues cada vez más se desarrollaba su bebé. Al poco tiempo el joven Montesino rompe la promesa que había hecho con María, la de mantener en secreto su embarazo, y viaja hacia la casa de su madre para  contarle lo sucedido y pedirle su consejo pero cuál fue su sorpresa que la madre estaba en pleno desacuerdo con esa relación y le pidió que no se casara con ella, pues el ya tenía un compromiso con una señorita llamada Rita y según la madre de Montesino era la indicada para él, Montesino disgustado ante las críticas de su mama regresa a roma, pero no le dice nada a María. Ya estando otra vez en el instituto, María se encontraba trabajando con los niños y uno de ellos demostró un gran avance en el aprendizaje pues fue capaz de escribir el nombre de María, ella al ver esto fue corriendo a la oficina del maestro para mostrarle lo que había descubierto, y así poder pedir con más animo el apoyo económico que tanto anhelaban para continuar con su investigación, pero nuevamente le fue negada esa petición, sin embargo no la dejaron desolada pues le habían dado la oportunidad de presentarse en una conferencia ante el ministro, esa era la única oportunidad de demostrar todo el avance que llevaba con esos niños, sin embargo su el joven Montesino parecía empezar a tenerle algo de envidia pues ella era mucho mejor que él, y era mejor reconocida que él, después volvieron a hablar sobre el tema de su embarazo pero todo quedo como se habían puesto de acuerdo desde un principio, Giuseppe no quería casarse hasta concluir su proyecto. Posteriormente ella se presentó en la conferencia y dio su discurso que fue bien recibida por todos, pero su alegría duraría poco, ya que la madre del joven Montesino había iba a la casa de María a decirle a su madre que estaba embarazada, y en la plática la señora Montesino insinuaba a la madre de María a que convenciera a su hija de que abortara a su hijo ya que solo les traería problemas ambos jóvenes. Por otra parte la joven Montessori terminaba de dar su discurso ante el ministro, mismo que quedó impactado y se vio obligado a tomar la decisión de financiarles la liga de educación para niños retrasados quedando como director el joven Giuseppe y como codirector fue asignada la joven María Montessori, cosa que disgusto a Giuseppe. Después ellos tuvieron un encuentro en donde ella le reclamo lo que su madre había hecho pero Giuseppe dijo que él no sabía nada, pero ya no faltaba mucho para que su hijo naciera así que se pusieron de acuerdo en lo que iban a hacer, ella tenía que dar a luz lejos de roma sin que nadie se enterase y él le iba a dar su apellido, se supone que mientras ella daba a luz Giuseppe los iría a ver después pero eso nunca sucedió; mientras tanto en el instituto había quedado encargado otro profesor mientras María regresara, pero los niños no le hacían caso del todo, pues se habían encariñado  mucho con María, pero no paso mucho tiempo para que ella regresara con sus alumnos, ya que tenía que estar presente en el examen que les iban a hacer para que les dieran un diploma de primaria. Durante el nacimiento de su hijo su madre fue su única acompañante, ya que su pareja el joven Giuseppe no llego a verla, pues según el ya no la amaba y tampoco quería ser padre de ese hijo, que no podía querer a una mujer que todo el tiempo competía con él, en un principio María no quería dejar solo a su hijo pero lo tenía que hacer, al regresar al instituto encontró a los niños tristes, en un primer ,momento ella pensó que ellos ya no se acordaban de ella pero nada de eso era cierto, solo eran supuestos que se formulaba ella misma, pues en breves momentos los niños empezaron a hablarle, y a recordarle que no la habían olvidado, al salir  del instituto se encontró con Giuseppe y le pregunto porque no la había ido a ver, él le  respondió que no estaba seguro de lo que quería con el niño, entonces María al ver la parte negativa de Giuseppe se aleja rápidamente de él. Ya estando en su casa estuvo toda la noche pensando en lo que debía hacer, con la preocupación de poder tomar siempre la mejor decisión.  A la mañana siguiente fue temprano al instituto para llevarse a los niños al examen. Al llegar al punto de encuentro los niños de Montessori fueron recibido con ofensas por parte de los otros niños, la sorpresa que se llevaron al enterarse que los alumnos de María habían salido todos con buenos resultados a diferencia de los niños normales, entonces el encargado de la evaluación no podía creer los resultados y comienza a lanzar reproches hacia la maestra de cómo era posible que los retrasados mentales fueran más inteligentes que los niños normales, entonces ella le dice que se preocupe  por educar mejor a sus niños normales y dejara que los niños locos siguieran aprendiendo. María al recibir la información queda satisfecha con los resultados y es felicitada por todos, pero ella tenía otra cosa en mente, buscar a Giuseppe para pedirle que se casaran para así poder cuidar y educar a sus hijos sin la necesidad de tenerlo oculto, ella quería romper con el secreto; pero no lo pudo localizar, entonces fue a buscarlo a su casa, pero tampoco lo encontró,  en su lugar mantuvo una discusión con su madre, la señora Montesino le pedía a María que dejara en paz a su hijo que ella no era la mujer indicada para él y que solo le iba a ser la vida infeliz, María siempre con la inteligencia activa tuvo una sospecha relacionado con su hijo, lo primero que se le ocurre hacer es ir al lugar en donde tenía a su hijo pero al llegar tal fue la sorpresa que su hijo ya no estaba, la partera le dijo que se lo había llevado la señora Montesino, el hijo de María Montessori es dado en adopción a unas personas que trabajaban con el señor Giuseppe, María si quería a su hijo pero Giuseppe no quería que supieran que él había tenido un hijo, pues tenía una boda pactada desde la niñez y eso iba a provocar desprestigio en su carrera, así que no le quedó más que decirle a María que ya había dado en adopción a su hijo, que las cosas eran mejor así, en un principio María no lo quería permitir pero como Giuseppe le había dado el apellido al bebe, él bebe era de él, María tuvo que resignarse y no tuvo más alternativa que aceptar darlo en adopción pero con la condición de que le permitieran verlo. Con el gran sentimiento de culpa María regresa desesperada su casa, con lágrimas en los ojos sube corriendo a su cuarto y se encierra, ahí se mantuvo, por dos días no salió ni siquiera para comer, los padres de ella ya preocupados van a buscarla y le piden a su hija que salga, ella sale ya muy tranquila. Al día siguiente va a la clínica para decir que renunciaba, que ahora se iba a dedicar a la pedagogía y la enseñanza, así fue como comenzó su trayectoria como pedagoga, daba cursos a jóvenes universitarios que querían ser maestros, pero nunca olvidaba a su hijo, desde pequeño lo estuvo visitando, lo abrazaba, y también le enseñaba, se hacía pasar como su partera, y le decía que ella conocía a su madre. Al poco tiempo María conoce a un ingeniero que está realizando un proyecto de construcción de edificios pero dentro de su proyecto esta María, quería que ella se ocupara de los niños mientras  sus padres trabajaran, ella no acepto, dijo que los niños estaban muy pequeños y que no era maestra de jardín. Pero al regresar a su casa presencio una situación en ese vecindario pobre, cosa que más tarde la motivo a aceptar. Por otro lado María seguía visitando a su hijo, estaba bien encariñado con él, salían a caminar juntos.
Entonces comenzó la construcción de los edificios, el barrio de San Lorenzo quedo espectacular y mucho más “la casa de los niños”, así se llamaba el lugar en donde María iba a enseñar a los niños, en el lugar solamente la ayudo a trabajar una de sus estudiantes, pues las otras se habían negado por diversas circunstancias. En el trayecto conoce a un niño llamado Giovanni, a quien el ingeniero le había negado la posibilidad de estudiar en su edificio, decía que era un malviviente y que no se iba a educar nunca, pero el niño demostró lo contrario y María permitió que estudiara sin consentimiento del ingeniero, al principio de su enseñanza le fue algo difícil, los niños estaban tan mal educados que no se podía controlar en el salón, rompían cada cosa que tocaban, pero María logro controlarlos con un bebe, ella comparaba el comportamiento que tenían los niños con él bebé, lo que quería lograr con su enseñanza era que los niños aprendieran a ser independientes y autosuficientes, y vaya que lo logro, dejaba que los niños trabajaran de la manera más cómoda que se sintieran y con los materiales didácticos que mejor les pareciese.
Un María va a visitar a su hijo, se entera de que lo habían mandado a estudiar en un internado en Florencia, ella se molestó porque no le habían avisado de dicha situación, pero eso no fue impedimento para ella de convivir con su hijo pues lo fue a visitar hasta la institución en donde él se encontraba. El tiempo fue pasando rápidamente y la enseñanza de María cada vez se hacía más popular, ya era reconocida a nivel internacional como la mejor pedagoga. Cundo Mario regresa del  instituto ya hecho todo un adolescente María va a visitarlo y le confiesa que ella es su madre, Mario al saber esto decide irse a vivir con María, ella le dice que se iban a tratar como tía y sobrino, pues la gente no podía aceptar a una madre soltera. María es despedida del “la casa de los niños” pues decía que habían optado por un modelo educativo más eficiente para los niños italianos. Esto hizo que María partiera junto con su hijo partiera a Nueva York para aplicar su modelo, ella regresa a Italia pero su hijo conoce a una muchacha y decide quedarse a vivir ahí. Mucho tiempo pasó para que su hijo regresara. Se metió en política, cosa que alboroto a los burócratas y ordenaron su aprehensión, justo cuando lo iban a detener dentro de un tren, María le dice al detective que es su hijo. Tanta era la coincidencia que el detective era nada más y menos que Giovanni, el niño que ella había ayudado en la  infancia. Por esta razón Giovanni hizo caso omiso a la detención de Mario y dejo que se escapara.

leyes de platon

resumen

El estado debe ser una auténtica "administración". la democracia, la oligarquía y la tiranía son todas indeseables, porque son estados clasistas y sus leyes se aprueban en bien de las clases particulares respectivas y no para provecho de la ciudad entera. Los estados que tales leyes tienen no son, en realidad, auténticos sistemas de sana adminis­tración, sino facciones o partidos, y su noción de la justicia carece simplemente de significado. a nadie se le debe confiar el gobierno por consideraciones de linaje o de riqueza, sino sólo porque personalmente tenga carácter y cualidades para gobernar, y los gobernantes han de estar sometidos a la ley.no era del agrado de platón los estados enormes, y así fija el número de los ciudadanos en 5.040 por una serie de utilidades,aunque cabe suponer que se refiere al número de familias porque habla de la misma cantidad decasas. los ciudadanos poseerán casa y tierra, y deberán tener una moneda que circule solamente entre ellos y no sea aceptada por el resto de la humanidad. Platón   se   ocupa   extensamente   en   el   asunto   de   la   designación   y  las   funciones   de  los   distintos magistrados.   Cabe   destacar   la   distribución   de   ministros   y   que   el   principal   se   encargarádela educación, cuidándose de dirigir a los jóvenes; el elegido y quien lo elige han de considerar que éste es el más importante de todos los cargos principales del estado y no permitir que la educación de los jóvenes pase a ser un problema secunda­rio o accidental. Habrá un comité de mujeres que controle a las parejas de casados durante diez años a partir del matrimonio. si una pareja no hubiere tenido ningún hijo durante ese tiempo, el comité gestionará el divorcio de los cónyuges. Los hombres están obligados a casarse entre los treinta y los treinta y cinco años de edad; las doncellas entre los dieciocho. Los varones harán el servicio militar entre los veinte y los sesenta años. Ningún hombre podrá desempeñar cargos públicos antes de los treinta, y ninguna mujer antes de loscuarenta. Control de natalidad por parte del estado.en el libro vii, habla platón de la educación y de sus métodos. Los niños de pecho deberán ser mimados con palabras frecuentemente; desde los tres hasta los seis, niños y niñas jugarán juntos vigilados por niñeras. a partir de los seis se les separará y a cada sexo se le educará apar­te. se les enseñará y ejercitará en la gimnasia y en la música; seharán escuelas con profesorado extrangero y a sueldo. Los adolescentes irán a diario donde también aprenderán otras asignaturas.legisla platón sobre las actividades religiosas del estado indicando que haya una función religiosa cada día. Legisla también sobre la agricultura, y establece asímismo un código penal en el que insiste en que se debe tener en cuenta el estado psíquico del reo.en el libro x, expone platón un programa de castigo al ateísmo y a la heregía. Indica la cercanía de losdioses para con el hombre y sus pequeños detalles. Al hereje moralmente inofensivo se le recluirá cinco años,  revisando  sus creencias; la  reincidencia  será castigada con la pena de muerte. a los herejes nocivos para los demás, se les condenará a cadena perpetua y se tendrá en menor a sus familiares. advierte también que, antes de perseguir a alguien bajo la acusación de impío, hay que determinar si el delito lo cometió por convicción o sólo por pueril ligereza.entre las cuestiones legales de que se trata en los libros xi y xii mencionaré por su especial interésalgunas: prohibición de la mendicidad; castigado con la pena de muerte la utilización de la justicia con   ánimo   de  lucro;   prohibición   del   enriquecimiento   a   partir   del   tesoro público creaciónde inspectores que vigilen las gestiones de los magistrados al cesar éstos de sus cargos; restricción por parte  del  estado  en los  desplazamientos  de los  ciudadanos  por  el  extranjero  para  evitar  contaminación ideológica.se ve clarísimamente al leer "las leyes" que platón aceptaba la institución de la esclavitud y queconsideraba al esclavo como propiedad de su amo, propiedad que podía ser enajenada. Platóndecreta que los hijos pertenezcan siempre al dueño de la esclava que los diere a luz, tanto si los haengendrado en ella un hombre libre como si ha sido un esclavo. platón acepta simplemente laesclavitud y valora en lo tocante al trato debido a ellos, ni le agrada por una parte una laxitud, ni una brutalidad.en cuanto a la guerra, el personaje del extranjero repara en que respecto a la guerra civil el mejor legislador tratará de evitarla en su estado, o, si llegase a estallar, procurará reconciliar y amistar a los bandos contendientes; respector a la guerra exterior, el verdadero hombre de estado pondrá sus miras en lo más conveniente que es asegurar su felicidad a ser posible en la paz y en la buena voluntad. platón no opina que el sistema gubernamental haya de existir para la guerra (como los personajes de clinias y mégilo), sino que la guerra ha de buscar la paz.
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Los griegos tenían en alto grado una conciencia política: no concebías el recto vivir como no fuese en la "polis". así, es natural que platón, al meditar sobre la vida recta en general, es decir, sobre el vivir conveniente al hombre en cuanto a hombre, reflexionara también sobre el estado en cuanto  tal, o sea, sobre la "polis" ideal. El era filósofo, y lo que le interesaba no era tanto la atenas ideal o la esparta ideal, sino la ciudad ideal, la forma arquetípica de la que todos los estados empíricos son meras aproximaciones. Sin que esto quiera decir, por supuesto, que la concepción platónica de la "polis" no estuviese muy influída por la realidad de las ciudades­estado griegas de su tiempo. Pero platón encuentra los principios básicos de la vida política, lo que parece ser fundamentos de una teoría filosófica  del estado. y  digo  de  una teoría  filosófica  del estado  porque  una teoría  dereformade inmediata no es ni general ni univer­sal, mientras que lo escrito por platón acerca del estado se basa en la naturaleza misma del estado en cuanto tal, y por ello está destinado a ser universal. es cierto que platón se ocupó de reformas que él creía necesarias dada la situación delos                                                                                                                                                                                                                                                                                            estados griegos de aquel entonces, y que su teoría la montó sobre el trasfondo de la "polis" griega; pero, como trató de ser universal y de atenerse a la naturaleza misma de la vida política, mi opinión (y habiendo consultado referencias a otras obras de platón sobre el estado: "la república" y "el político") es que estructuró una teoría filosófica del estado, aunque sea una teoría que ponga poco relieve en la individualidad y presente serios problemas de libertad.
OPINION PERSONAL
La teoría  política  de  platón  se  desarrolla  en íntima  conexión   con   su  ética.  La  vida  griega  era esencialmente una vida comunal, vivida en el se­no de la ciudad­estado e inconcebible aparte de la ciudad. para un filóso­fo como platón, interesado en todo lo relativo a la felicidad del hombre, y a la vida  verdaderamente  buena  para  el  hombre,  era  una  necesidad imperiosa  determinar la genuína naturaleza y la función del estado. También se extrae que platón no aceptase la idea de que hay una moral para el individuo y otra para el estado, así como el estado como una personalidad o como un organismo que pudiese o debiese desarrollarse sin restricción alguna, sin tener que atender a la ley moral: el estado no es el árbitro de lo justo y lo injusto, la fuente de su propio código moral y la justificación absoluta de sus propias acciones.

francisco ferrer y guardia pedagogo y martir

resumen

Un libro exhaustivo (aunque quizás nunca definitivo) sobre el conocido Francisco Ferrer i Guardia, llevado al panteón (agregaríamos, de gala) imaginario de las izquierdas, por su fusilamiento en la España de 1909. Avilés intenta tomar un punto de vista crítico, asumiendo que tanto derechas como izquierdas crean sus mitologías. Con respecto a Ferrer, tras varios años de investigación en archivos y bibliotecas de España, Francia, Bélgica, Holanda y los EEUU, el autor pudo reconstruir numerosas facetas de su vida: su actividad pública como pedagogo, su actividad clandestina como revolucionario e incluso algunos aspectos de su vida privada, en especial los relativos a sus amores y su fortuna. Cree haber develado en buena medida ‘el misterio de Ferrer’, destacando en el título sus rasgos más destacados. ¿Tuvo o no Ferrer participación en los atentados o en los hechos de la Semana Trágica catalana? ¿Fue instigador?: Ferrer tenía tales convicciones revolucionarias que hubiera podido aceptar la violencia popular. Tampoco admite que hubiera sido un gran pedagogo, ni aportó ideas originales al pensamiento educativo, pero la Escuela moderna que fundó, con sus contradicciones y limitaciones, aportó algo nuevo en la España de la época.
En su extenso libro (299 páginas) hace un lugar para la reflexión general sobre la importancia de los mitos en la Historia: “Para entender el devenir histórico, hay que prestar tanta atención a los mitos como a las realidades, porque, en cierto sentido, los mitos son realidades. Las creencias, las imágenes, las ideas, las frases hechas, toda la variedad de representaciones mentales que pueblan nuestros cerebros, condicionan nuestra conducta y se convierten por ello en un agente transformador de la realidad”. En la actualidad esta cuestión es el objeto de una nueva disciplina, llamada memética, a partir del concepto de meme, introducido por R. Dawkins. Esta posición justifica que el libro se mueva en un doble registro: el de los hechos en sentido clásico (que investiga y reconstruye ‘como en una novela policíaca’) y el de aquellos hechos particulares de las representaciones mentales, los memes, especialmente los de las creencias falsas y los mitos. Los mitos contrapuestos de la izquierda y la derecha, que en buena medida se alimentaban recíprocamente, juegan un papel destacado en el libro. Incluido ese tipo de mito que son las teorías de la conspiración, es decir la creencia en poderes ocultos que gobiernan en mayor o menor medida el mundo. Ni la Semana Trágica ni la matanza de clérigos en 1936 ocurrieron por casualidad, sino que respondían a convicciones fuertemente arraigadas en la izquierda. Por otra parte, la derecha católica (una expresión algo redundante en la España de hace un siglo, donde no existían ni izquierda católica ni derecha laica) creía en una teoría de la conspiración que atribuía a la masonería, en conexión con el judaísmo y posiblemente inspirada por Satanás. Republicano, librepensador, masón y anarquista, subversivo (y millonario) Ferrer estuvo en el ojo de ese huracán mítico.
El autor intenta mantener un juicio objetivo sobre Ferrer, lo cual sin duda resulta difícil para cualquiera, pero más para un español. Aún así, por momentos parece ceder y prestar más atención a las críticas más duras, por ejemplo dando crédito a Pío Baroja, un escritor que junto con Unamuno repudiaban visceralmente a Ferrer.

la republica de platon

resumen

Libro I 
El diálogo se inicia presentando a Sócrates y a Glaucón en el Pireo, luego de asistir a las fiestas de la Diosa Bendis o Atenea. En la ciudad se encuentran con Polemarco, quien estaba acompañado por Adimanto, Nicerato y algunos otros que también regresaban de las fiestas. 
Polemarco invita a Sócrates a su casa, quien acepta. 
En la casa Sócrates, se encuentra con Céfalo, quien lo saluda cordialmente. Sócrates demuestra mucho agrado por poder conversar con alguien de su experiencia en la vida y le pregunta, como considera a la ancianidad. 
Céfalo, le responde, que si bien lo acompañan algunos deterioros, estos le traen algunas recompensas y agrega que no saber tolerar la vejez depende no de los males humanos, sino del carácter. 
Sócrates opina que si bien su vejez es buena, lo que influye es su riqueza. 
El anciano, le contesta, que la riqueza tiene sus ventaja que es la de pagar deudas, tanto a los dioses como a los hombres. Pero no es la cuestión de la riqueza o de la pobreza la que preocupa a los hombres, sino la conciencia de haber sido justo o injusto durante su vida. 
Sócrates expresa: 
"Pero, ¿es propio definir la justicia haciéndola consistir simplemente en decir la verdad y en devolver a cada cuál lo que de él hemos recibido? ¿O no es ello justo o injusto según las circunstancias?" 
Céfalo acepta lo expresado por Sócrates, y son interrumpidos por Polemarco, exponiendo lo que dijo el poeta Simónides: 
"Es propio de la justicia devolver a cada uno lo suyo." 
Céfalo, pide retirarse, ya que debe terminar sus sacrificios, dejando a su hijo para continuar con el diálogo. 
Sócrates acepta que Polemarco continúe con el diálogo y además le solicita que explique lo que expresó Simónides, puesto que el no lo ha comprendido. 
Luego de un extenso diálogo socrático, Polemarco modifica la definición dada anteriormente y dice, Justicia es hacer el bien al amigo que es bueno y perjudicar al enemigo que es malo. 
Trasímaco interrumpe el diálogo y le pide enérgicamente a Sócrates que termine de hacer preguntas y obtener respuestas, sin dar nunca ninguna opinión. 
"¡Exijo una contestación precisa!" 
Sócrates sorprendido y algo asustado trata de calmarlo y le dice que si tiene una definición de que es la justicia, dé su opinión. 
Explica que no dirá nada hasta que no reciba su dinero. A tal solicitud Glaucón y los demás están dispuestos a pagarle, con tal de escucharla. 
Trasímaco dice: 
"Sostengo yo, que la justicia no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte." 
Sócrates, le dice, que no entiende si puede explicarlo. 
Trasímaco, molesto por sus preguntas y su constante pedido de aclaración accede y explica; que algunas ciudades se rigen por tiranías, democracias o aristocracias y que esta tiene el poder de dictar las leyes que les convienen a cada uno. Y su pensamiento es que todas las ciudades, la justicia no es sino conveniencia del gobierno establecido y éste es el que tiene el poder. 
Sócrates y Trasímaco luego de un largo diálogo acuerdan que: 
El arte de la medicina consiste no en negociar sino en curar a los enfermos .El pilotaje de un barco, se define no por ser el piloto simplemente un marino, sino el que ejerce el mando en la nave. 
En relación a la conveniencia de las diferentes artes, Sócrates realiza su análisis. 
Las diferentes artes no ordenan lo conveniente para ellas mismas, sino para otros. Por lo tanto, la medicina busca lo conveniente, no para sí mismo, sino para el enfermo. Del mismo modo, el patrón del barco no ordena lo conveniente para sí, sino para la tripulación entera. 
En conclusión, nadie que tiene gobierno (sea el arte que sea) en cuanto gobernante ordena lo conveniente para sí mismo, sino lo conveniente para el gobernado. 
Trasímaco, descalificándolo, le contesta que así como no se engordan las ovejas para otros, tampoco se practica la justicia en beneficio de los demás, sino de uno mismo. 
Además según su opinión la injusticia es sabiduría y virtud, sobre todo cuando es perfecta y subyuga ciudades y naciones. 
Sócrates, le responde: 
"De igual modo, antes de haber resuelto la primera cuestión que nos planteamos, es decir, en qué consiste la justicia, la dejé de lado y me lancé al examen de si era vicio e ignorancia o sabiduría y virtud; y al plantearse después la cuestión de si la justicia es más ventajosa que la injusticia, abandoné la segunda y 
me lancé en pos de esta última. De suerte que en todo el curso de nuestro diálogo he llegado a la conclusión de que nada sé. En, efecto, no sabiendo lo que es la justicia, mal puedo saber si es o no una virtud, y si el que la posee es feliz o desgraciado." 

Libro II 
Quién inicia este diálogo es Glaucón, que no aprueba la retirada de Trasimaco, ni tampoco que Sócrates no exprese una definición precisa de lo que es la justicia. 
Luego de esta explicación describe tres clases de bienes que se persiguen como; la alegría, los placeres sin mezcla de mal y la gimnasia, la curación de una enfermedad, el ejercicio de la medicina y cualquier otra profesión lucrativa, de estos últimos podría decirse que son penosos, pero útiles. 
Sócrates, reconoce estos bienes, pero le aclara que no entiende que se propone. Glaucón, le pregunta, en cual de ellos ubicaría la justicia. 
Sócrates, le dice: 
"Por supuesto que en la mejor, o sea, entre aquellos bienes que hay que amar por sí mismos y por sus consecuencias, si quiere uno ser feliz." 
Glaucón, le explica, a Sócrates que va a elogiar la vida del injusto y al hacerlo quiere demostrarle de qué modo quiere oírle atacar la injusticia y alabar la justicia. 
Comienza su exposición sobre la naturaleza y el origen de la justicia, la cual dio origen a las leyes y a las convenciones. Prosiguió planteando que la experiencia estaría a favor de lo afirmado por Trasímaco. Mencionan la leyenda del anillo de Giges y plantea: 
..."Como dicen los defensores de la doctrina que expongo, todo hombre cree, con razón, que la injusticia es más útil que la justicia." 
Cuál sería la conducta del hombre, si según la experiencia general, parecería que la injusticia y la justicia sólo deberían apreciarse de acuerdo con los resultados favorables o desfavorables que proporcionan. 
Sócrates tenía el propósito de contestarle, pero su hermano Adimanto tomó la palabra y dijo: 
"¿Crees tú Sócrates, que la cuestión ha sido suficientemente debatida?" 
Sócrates y Adimanto acuerdan, que supla a su hermano en lo que haya omitido. Este expresa que por las costumbres de la religión popular, desde los tiempos de Homero y Hesíodo hasta la actualidad el injusto, logra hacer olvidar sus crímenes mediante espléndidos sacrificios y oraciones. Los poetas y escritores están de acuerdo en afirmar que la virtud es honorable, pero que casi siempre va acompañada de sufrimientos; mientras que el vicio, a pesar de que se conviene en considerarlo deshonroso, es ciertamente agradable. 
Explica, las consecuencia que se deducirá de todo esto, y es que el joven inteligente llegará a la conclusión de que su felicidad radica en practicar la injusticia y evadir sus posibles consecuencias desagradables, utilizando la astucia o buscando una adecuada asociación que lo proteja. 
Aclara además, que existen entidades políticas que lo defenderán, y puede también, mediante regalos, eludir la aplicación de la ley. En cuanto a la religión, en caso de que existieran dioses, éstos no se interesan por los seres humanos. 
Adimanto, prosigue con su diálogo aclarando que tanto Trasímaco o cualquier otro, podrían alegar sobre la justicia y la injusticia, tergiversando la esencia de una y otra. Pero, que espera de Sócrates, el elogio de la justicia y la condena de la injusticia, que les haga ver los efectos que una y otra, producen en quienes las posean, por ser la una un bien y la otra un mal. 
Sócrates elogia a los hermanos por sus exposiciones y luego de un diálogo con estos les dice: 
"Si admites una justicia para el individuo,¿no admites también otra justicia para la ciudad entera?" 
Sócrates, les dice, que primero examinará como se aplica la justicia en al Estado. Para ello utilizará el ejemplo, de seguir el crecimiento en una ciudad típica o modelo, a fin de descubrir mejor dónde radican la justicia y la injusticia. Aspira a la presentación de un gobierno que sea por sí mismo la encarnación de lo justo. Gradualmente, Sócrates, explica la concepción del Estado perfecto. Una organización social simple, reducida a lo mínimo. 
La ciudad se basa en el principio de la especialización de modo que el hombre deje de ser solitario y obtenga y preste ayuda. Requiere para su funcionamiento la especialización en el trabajo. El Estado se agrandará y necesitará de más territorio por lo que esta ciudad ideal no queda excluida de la posibilidad de la guerra, que puede surgir en cualquier momento. Entonces será preciso que los soldados, en esta organización del Estado, sean especialistas; además de tener en cuenta sus dotes naturales, se los adiestrará en forma adecuada. 
Según ello pregunta: 
"¿Será fácil encontrar una mejor que la establecida entre nosotros desde hace largo tiempo y que consiste en educar el cuerpo por la gimnasia y el alma por la música?" 
Su diálogo continúa enunciando que cosas le serán permitidas a los guerreros y cuales no. A tal punto que acomodarían los poemas de Homero para que los maestros los utilicen solo con el fin de educar guardianes piadosos y semejantes a los dioses en tanto que la naturaleza humana lo permita. 

Libro III 
"Estas son- dije- las normas de las narraciones sobre los dioses que, según nuestro parecer, conviene que oigan o no oigan desde la infancia los que han de honrar a esos mismos dioses y a sus padres y apreciar sobremanera la amistad" 
En su educación se deberán censurar los mitos y fábulas ya que se las considera como mentiras y que presentan a los dioses y a los héroes llorando, riéndose incorrectamente, mintiendo, utilizando un lenguaje injusto y lamentándose, las cuales son peligrosas. Se les leerán los pasajes, en que los héroes aparecen leales, valientes, templados, desinteresados y dóciles a sus jefes, los cuales serán sus modelos. 
No admitirán en el Estado a los poetas. Se los despedirá pero, antes se les rendirá un homenaje con perfumes y guirnaldas.. 
Siguiendo con el plan de educar a sus soldados, Sócrates, le pregunta a Adimanto: 
"¿No debemos examinar ahora el carácter del canto y de la melodía? 
Adimanto acepta, pero Glaucón riéndose, le expresa a Sócrates no está en condiciones de responder aunque lo sospecha. 
Sócrates, le replica que hay en un punto que sí puede responderle ,en que la melodía está compuesta por tres elementos: letra, armonía y ritmo. 
La regla a la que arriban es, que la armonía y el ritmo respondan a las palabras y estén a ellas subordinadas, porque a una narración simple le corresponde una armonía sencilla y varonil que penetre el alma de los guerreros y el ritmo deberá expresar lo mismo. 
El sentimiento de lo bello es el que deben cultivar desde muy temprano y desenvolver en el alma de los jóvenes, para que aprendan, no solo a amar la belleza, sino también ponerse con ella en el más perfecto acuerdo. 
Luego, Sócrates, le plantea: 
"Después de la música, la educación gimnástica ha de formar a los jóvenes." 
Aceptando la necesidad de una gimnasia desde la infancia y el curso de la vida, que ejercite el cuerpo una vez cultivada el alma, sin exceso y de una alimentación sin condimentos, los cuales traen desarreglos y enfermedades. Sócrates aclara que cuando un Estado necesita médicos y jueces para remediar los desórdenes del cuerpo y del alma, es una señal de que el Estado carece de fuerza..Sí, es necesario aceptar la medicina en casos de necesidad y jueces para los casos de diferencias entre unos y otros, pero debe estar compuesta de ancianos dotados de almas virtuosas y buena las que no tendrán dificultad para para arreglar los conflictos. 
Acuerdan, que deben evitar el abuso de la música, para no afeminar las almas y el exceso de ejercicios físicos para no lograr temperamentos brutales. Es necesario un acuerdo armonioso entre lo físico y lo moral de los guerreros para lograr una educación adecuada. 
Sócrates afirma: 
"En nuestra ciudad, Glaucón, nos será siempre necesario un gobernante que reúna estas condiciones, si queremos que subsista su organización política." 
Para esto, Sócrates, propone como condiciones que los gobernantes deben ser los ancianos, entre ellos los mejores guardianes y que luego de un examen, sea el más dispuesto para cumplir con lo que es útil para la ciudad. 
Propone además un régimen conveniente de vida y alojamiento.En primer lugar, ninguno tendrá nada que le pertenezca, excepto los objetos de primera necesidad; segundo, ninguno tendrá casa donde no pueda entrar todo el que quiera. En cuanto a sus alimentación recibirán de los demás ciudadanos aquellos que puedan necesitar como recompensa de la defensa que les prestan, sin que nada les sobre, ni les falte. Harán vida en común y sus comidas serán colectivas, como soldados en campaña. 
Ellos, entre todos los ciudadanos, son los únicos que no podrán tocar ni oro ni plata, ni entrar en casas donde los haya, ni llevarlos sobre sí, ni beber en vasos o manejar utensilios de oro y plata. De 
esta manera podrán salvarse ellos y ser la salvación de la ciudad. 
"Tales razones me han llevado a determinar el alojamiento de los guardianes y de cuanto debe pertenecerles. 
¿Conviene dictar una ley que lo sancione? 
-Sin duda -respondió Glaucón. 
Libro IV 
Adimanto, realiza la objeción que estos guerreros, privados de todos los bienes que se refieren a la 
vida, más semejante a auxiliares a sueldo, sin otra misión que defenderla, no será muy dichosa. 
Sócrates responde: 
"Sí , y además no ganan más paga que el sustento, pues aparte de é1 no reciben salario alguno, a 
diferencia de los otros ciudadanos, de modo que no pueden salir de la ciudad por su propio placer, ni gastar el dinero con cortesanas, ni emplearlo, aunque lo quisieran, en tantas cosas en que lo usan aquellos que son tenidos por dichosos." 
Expresa que quizá puede ser feliz, pero que de todos modos esto nada importa. Al constituirlos en guardianes de la ciudad, no es su felicidad la que se tiene en cuenta, sino el bien de la ciudad. El interés de algunos no merece ninguna consideración cuando se trata del interés general. Tan pronto como éste se halle asegurado, cada uno gozará, según su ocupación, de la felicidad que esté naturalmente unida a ella. Lo importante es que cada ciudadano y cada clase se mantenga en su puesto. 
A este fin se fijaran las leyes contra la opulencia y la pobreza ,contra la extensión de los límites del Estado, contra las innovaciones en la educación y sobre los hábitos y costumbres de los jóvenes. Aclara que una generación bien formada y educada proporcionará mejores padres para la próxima. Por lo tanto no creen necesario dictar leyes sobre los convenios de compra y venta, sobre las injurias, las demandas de justicia y los nombramientos de jueces, sobre la fijación de impuestos y lo relativo al mercado urbano o marítimo y otras cosas semejantes. 
A partir de aquí, Sócrates, expresa que ha quedado fundada la ciudad y si está bien constituida debe tener todas las virtudes: la prudencia, el valor, la templanza y la justicia. 
Según Sócrates: 
" La ciudad que hemos descrito me parece en verdad prudente, por ser acertada en sus deliberaciones." 
La prudencia se encuentra en la ciudad, en los gobernantes y que entre todas las ciencias es la única que merece llamarse prudencia. 
" En cuanto a la cualidad que se llama valor, y a la parte de la ciudad en que reside, no me parece difícil descubrirlo." 
El valor se encuentra en la misma clase de ciudadanos, los guardianes, por la educación que han recibido y es una cualidad propia de la ciudad. 
"Dos cualidades quedan aun por descubrir en la ciudad, la templanza y, por último, la justicia, que es el objetivo de nuestras investigaciones. 
Aquí, Sócrates, explica que la templaza consiste en la armonía entre la prudencia y el valor, está entre lo menos bueno y lo mejor por naturaleza que hay en la ciudad o en una persona. Luego de un largo diálogo llegan a la conclusión que la justicia, consiste en ocuparse únicamente de los propios asuntos. Es el origen de las tres virtudes: prudencia, valor y templanza, es decir la virtud que concurre con las otras a la perfección de la ciudad. Si sucediera lo contrario, la usurpación de los derechos del otro, eso es injusticia. 
Sócrates dice: 
"Si la idea de justicia, tal como acabamos de exponerla, se aplica a cada hombre en particular, y la seguimos reconociendo como justicia, tendremos necesariamente que aceptarla, pues, ¿qué más podríamos decir? EI caso contrario, seguiremos investigando por otro lado. Pero, de momento, terminemos la investigación en que venimos ocupándonos persuadidos de que nos sería más fácil reconocer la justicia en el hombre si antes procuramos observarla en un modelo más grande que la contenga. Ahora bien, nos pareció que ese modelo más grande era la ciudad, y la fundamos lo más 
perfecta posible porque sabíamos que la justicia se encontraría en una ciudad bien organizada. Traslademos, pues, al individuo lo que descubrimos allí; si existe paridad entre una y otro, todo andará bien; pero si encontramos alguna diferencia en el individuo volveremos de nuevo a la ciudad para profundizar nuestra investigación, puede que al compararlos y al frotarlos, por así decirlo, una con el otro, logremos que brille la justicia como surge el fuego de dos leños secos, y una vez que se manifieste podamos confirmarla en nosotros mismos." 
Estas virtudes, son necesarias también para la perfección del individuo. Se comprueba por la existencia en el alma de tres facultades que corresponden a las tres clases que forman el Estado. Resulta obvio que el carácter que atribuimos a una comunidad es el resultado de lo que son sus integrantes. Lo difícil es determinar si obramos movidos por tres principios diferentes o por uno solo, esto es, si el alma, toda entera, interviene en cada uno de nuestros actos. 
Si hubiera conflicto entre la razón y el apetito, el coraje, a no ser que el alma esté pervertida, se inclinará por la razón. La unidad del alma se demuestra mediante varios ejemplos, de modo que las virtudes quedan definidas en sus relaciones con el individuo, a la manera de cómo se aplicaron en el Estado. La justicia consiste en que cada una de las facultades cumpla en el alma y en el individuo con la función que le ha sido asignada. La injusticia se deriva del no cumplimiento de las funciones adecuadas y propias. 
Por lo tanto, justicia es armonía y salud del alma, mientras que injusticia es enfermedad y discordia. Esta es la respuesta al problema con que se había iniciado el diálogo. Si la vida no vale la pena de vivirse cuando el cuerpo está enfermo, mucho menos cuando está enferma el alma. Una vez llegado a este punto, Sócrates propone que se revisen los modelos de degeneración tanto en el Estado como en el hombre, a fin de comparar su infelicidad con la felicidad del hombre justo y del Estado ideal. 
Libro V 
Luego de un diálogo que mantienen entre Adimanto, Polemarco y Glaucón, puestos de acuerdo, le dicen a Sócrates que no han tratado el tema de las mujeres y los hijos. 
Sócrates, expresa, que deberán volver a tratar un asunto que tendrían que haberse ocupado antes: 
"Para hombres nacidos y educados como los que hemos descrito no hay, en mi opinión, otra recta norma de posesión y trato de las mujeres y de los hijos que la que se deduce de hacerlos seguir el camino que trazamos al principio. Comparamos a esos hombres, creo, con los guardianes de un rebaño." 
Sócrates, opina, que las mujeres y los niños de los guardianes se convierten en bienes comunes. En primer lugar enseña que las mujeres poseen las mismas capacidades que los hombres, aunque generalmente en grado menor; por lo tanto, nada se opone a que participen de la misma educación y ocupaciones que los guardianes. Hombres y mujeres pueden colaborar y trabajar para el mismo fin. 
Con miras a un más seguro éxito de las tareas y objetivos propios de los guardianes, propicia una especie de matrimonio común, que mejoraría la raza, libraría a las mujeres de obligaciones insignificantes y contribuiría a una más completa unidad y armonía de sentimientos en el Estado. 
Sócrates pronuncia en general los ideales, tanto en arte como en política, que sean o no completamente realizables . 
Se trata de una ciudad ideal o modelo, en la cual se supone que todo es perfecto porque sus diversas partes contribuyen al debido equilibrio, contra aquellos que la critican desde una realización concreta en un mundo de seres imperfectos que no se ajustan ni pueden ajustarse a su cumplimiento integral. 
A continuación, Sócrates, se propone averiguar que defectos impiden las otras ciudades el ser gobernadas como la que plantea y cual es el cambio que debe introducir para que se asemejen a lo que han organizado. 
" En tanto que los filósofos no reinen en las ciudades, o en tanto que los que ahora se llaman reyes y soberanos no sean verdadera y seriamente filósofos, en tanto que la autoridad política y la filosofía no coincidan en el mismo sujeto, de modo que se aparte por la fuerza del gobierno a la multitud de individuos 
que hoy se dedican en forma exclusiva a la una o a la otra, no habrán de cesar, Glaucón, los males de las ciudades, ni tampoco, a mi juicio, los del género humano, y esa organización política cuyo plan hemos expuesto no habrá de realizarse, en la medida de lo posible, ni verá jamás la luz del sol. He aquí lo que desde hace tanto tiempo vacilaba en decir por darme cuenta de que repugna a la opinión general. Para la mayoría de las personas, en efecto, es difícil concebir que la felicidad pública y privada no pueda alcanzarse en una ciudad diferente de la nuestra." 
Glaucón alaba a su maestro y continúan con el diálogo en el cual distingue tres clases de hombres : los ignorantes, que no saben nada; los que creen saber, que en lugar de ciencia tienen opiniones, porque se dejan llevar por apariencias; los filósofos, aquellos que se aplican a la contemplación de la esencia de las cosas. Los filósofos se interesan por el ser, son los únicos que poseen la ciencia de lo bello, del bien, de lo justo y de lo injusto. 
Sobre este supuesto se basa la afirmación de que los filósofos tienen que ser gobernantes o los gobernantes filósofos, si se quiere que tal clase de Estado exista en el mundo. 

Libro VI 
"En fin Glaucón, después de muchas dificultades y de una discusión bastante laboriosa, hemos establecido la diferencia entre los filósofos y los que no lo son". 
Según expresa Sócrates, el gobierno, no se confiará a ciegos conductores de ciegos, sino solamente a los que posean ideales claros; aunque se ha de procurar también que no les falte experiencia. 
Los amantes de la verdadera filosofía están destinados al gobierno del Estado ideal, porque se consagran a las ideas abstractas y a una concepción sistemática y coherente de la vida. 
El diálogo se desarrolla luego con la objeción de que la mayoría de los que se llaman filósofos no son capaces de gobernar ni aptos para ello. La culpa no está en la filosofía. Muchas son sus virtudes, pero también se halla expuesta a múltiples tentaciones: la riqueza, la belleza, etc., o el halago de la multitud. 
No considera verdaderos filósofos a aquellos cuya ciencia consiste en conocer y complacer los instintos, los gustos de la multitud heterogénea que se reúne para satisfacer sus instintos, opinando sobre ciencia, 
pintura, música o política. 
Es así como la filosofía, abandonada por los verdaderos sabios, cae en poder de personas indignas, deslumbradas por los hermosos nombres que se le aplican y sus brillantes apariencias. Por descalificada que esté, comparada con otras profesiones, proporcionará todavía gran prestigio entre los hombres 
La consagración exclusiva a la filosofía será la recompensa y el coronamiento de una vida empleada en servicios militares y políticos en el Estado. Ésta es la clase de hombres que debe ejercer el gobierno para que se organice una ciudad perfecta, tanto entre los griegos como entre los bárbaros. El filósofo está por encima de los celos y la envidia: por tener sus ojos fijos en los modelos celestes, se esforzará como gobernante en reproducir, con los materiales de la vida, aquella imagen del hombre que Homero presenta como semejante a un dios. Su reino en la tierra puede parecer un sueno, pero no es totalmente imposible. 
Puesto que el filósofo es la piedra angular del nuevo listado, su formación será objeto de especiales cuidados. 
No basta el método, que se aplica generalmente, de definir las tres virtudes en relación con las tres facultades del alma. Hay un camino más largo que están obligados a seguir, aquellos que quieren lograr el más elevado de todos los conocimientos, esto es, la idea del Bien. El bien es la base de la ciencia, la ética y la política. El hombre común se maneja con conocimientos prácticos pero el filósofo tiene que estar en condiciones de explicar razonadamente por qué es "bueno" o deseable ser valiente, casto, etc. 
Tal razón se basa a la postre en una concepción del sumo bien. La actitud del filósofo en relación al sumo bien, según Platón, se resume en poseer un concepto adecuado, estar en condiciones de definirlo, demostrar su superioridad con argumentos y defenderlo contra los opositores y, por último, en poder deducir sistemática Y evidentemente sus consecuencias éticas y prácticas 

Libro VII 
Sócrates, utiliza una comparación explicar que los que viven en este mundo se parecen a seres encerrados en una caverna, donde se hallan encadenados contra un fuego que arde a sus espaldas, de modo que sólo contemplan las sombras que pasan por delante, proyectadas por objetos que se mueven entre ellos y el fuego. Al sostener los hombres comunes que las sombras son la realidad, se oponen a los filósofos 
empeñados en contemplar el reino del día y de la brillante luz, causa última de todo. Quien haya logrado esta superación, no apreciará en lo más mínimo la sabiduría que afirman poseer los moradores de la caverna. 
Es preciso que la inteligencia, contrariamente a lo que enseñan los sofistas, pase de las sombras a la realidad. Desde la juventud debe aspirarse a este fin mediante la represión de la naturaleza sensible y la elevación de la mente a realidades más elevadas. Por eso, la ciudad ideal no tiene que ser gobernada por los que se demoran en lo sensible, sino por los filósofos que han visto la verdad, el verdadero Sol. 
Tal es la condición del Estado perfecto: los gobernantes no han de buscar el gobierno con miras al provecho propio; en cambio, condescienden a hacerse cargo del mismo, renunciando a su pesar a una vida más elevada. 
Sócrates plantea la educación que deben recibir: 
"Será pues necesario dedicarlos desde la infancia al estudio de los números, de la geometría y de toda la educación propedéutica que debe impartirse antes que la dialéctica, pero sin obligarlos a aprender por la fuerza." 
Describe luego las ciencias a que debe consagrarse el que está destinado a gobernar el Estado. Se trata de elevarlo de la zona de las tinieblas a la realidad. La aritmética es la ciencia más adecuada para ello, y 
también aquellas otras relacionadas con la aritmética, como la geometría, plana y sólida, y la astronomía. 
Presentan contradicciones aparentes que invitan a la reflexión; presuponen y desarrollan la facultad de concebir abstracciones y razones en forma consecuente, lo cual es indispensable para 
la aprehensión del "bien". 
Pero estos estudios no son sino preparatorios para la dialéctica, que corona la educación propia del filósofo. Es la única que nos proporciona una visión sinóptica de todo saber. 
El filósofo debe ser capaz, al renunciar a las imágenes sensibles y a las hipótesis, de elevarse, por medio de las ideas puras de la razón, a la idea del bien (pues éste es el más elevado principio)y de allí descender a lo particular de los sentidos. La dialéctica es la única ciencia que busca la verdad por sí misma, sin motivos ulteriores. 
La más elevada educación debe reservarse a los que se mostraron más capaces y dignos de aquella durante la juventud; de lo contrario, la filosofía quedará expuesta al ridículo y a la vergüenza. En la infancia, la instrucción será grata, algo así como un juego para discernir la capacidad natural de los niños. Durante los 
años consagrados a los ejercicios gimnásticos, se deben intercalar estudios más severos. Sólo a los veinte años se llevará a cabo una selección de los mejores discípulos, con la supervisión de la relación y conexión de los estudios ya realizados. Finalmente, a los treinta años tiene que hacerse una selección definitiva, de la cual surjan los que se consagrarán a la dialéctica. Siguiendo este proceso selectivo, no se corre el peligro de perturbar la moral y la religión al discutirse sus problemas por mentes inmaturas. Una inteligencia sobria y desarrollada no se intoxicará con discusiones, sino que distinguirá entre la investigación de la verdad y una heurística capciosa. Cinco años se consagrarán al estudio de la 
dialéctica. A Los treinta y cinco años, quienes hayan completado estos estudios, de nuevo descenderán a la "caverna" y participarán durante quince años en las tareas de la paz y de la guerra. Aquellos que surjan triunfantes, a la edad de cincuenta años, se convertirán en los verdaderos gobernantes y guardianes del Estado. Fijos sus ojos en la idea y modelo del bien, procurarán realizarlo en su propia vida y en el gobierno de la ciudad, dedicándose principalmente a la filosofía, pero participando también en el servicio del Estado. Así, una vez muertos, partirán a la isla de bendición y recibirán los honores debidos a los dioses. 
Glaucón, exclamó: 
"¡Sócrates, los gobernantes cuya imagen acabas de esculpir son de una belleza perfecta!" 
Sócrates a partir de esto le aclara que no solo se refiere a gobernantes sino también a gobernantas, las cuales hayan sido dotadas de aptitudes apropiadas. 
Libro VIII 
Sócrates, le aclara a, Glaucón, las cosas que han admitido para que la ciudad esté bien organizada, en las deben ser comunes las mujeres, los hijos, la educación, las ocupaciones de los gobernantes. 
Para llegar a su perfección es más evidente si la compara con especies de gobierno degenerativas o inferiores. Genéricamente se reducen a cuatro: la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía. 
Sócrates, desde el Estado ideal o aristocracia, muestra cómo, por sucesivas corrupciones, se desciende a la tiranía. Todo esto con miras a resolver la cuestión que se ha planteado previamente: la relativa felicidad del hombre justo o del injusto. El entendimiento, explica, no alcanza a comprender las causas de la degeneración, si desconoce aquella enseñanza de las musas de que todo lo que tiene un principio está sometido también a un fin. En el Estado perfecto, por descuido o por imposibilidad de control de los guardianes, pueden surgir personas ineptas para el gobierno. Si llegan a gobernar, vigilarán menos la pureza del Estado. 
En su fuero íntimo anidará un anhelo de riquezas y de lujo que hasta entonces sólo se reprimió por miedo a la ley y no por una verdadera vocación filosófica. 
La timocracia, entonces, engendra la oligarquía. Es una forma de gobierno en la cual los ricos mandan, desplazando a los pobres. Hay una oposición fatal entre la virtud y las riquezas; cuanto más se estiman las riquezas, menos se aprecia la virtud. El afán de riqueza suscita la violencia, y unos pocos, en perjuicio de la mayoría, se convierten en dueños del Estado. Para asegurar sus privilegios se valen de las armas, y los ciudadanos desposeídos viven expuestos a su capricho. Si la oligarquía conserva cierta respetabilidad aparente y no abusa en exceso de su situación, es por miedo a peores consecuencias. 
El abuso de las riquezas provoca la democracia. Ansiosos de aumentar sus ganancias, los oligarcas ignoran la existencia de hombres valientes que se hallan sumidos en una desesperada pobreza. No existe ley alguna que prohíba la indebida adquisición de riquezas. Los que están al frente del Estado se entregan a los placeres hasta que los pobres, que llegan a observarlos de cerca, comprenden que si no se apoderan del gobierno es porque no quieren. 
Esto basta para que estalle la revolución. Triunfante el pueblo, se establece la democracia, luego de eliminar algunos ricos y obligar a los restantes a vivir en pie de igualdad. 
Sócrates, expresa: 
"Ahora bien, ¿cómo se administran estas gentes?¿Qué sistema de gobierno constituyen? Porque es evidente que al hombre que se parece a él podremos llamarlo democrático." 
Plantea que como el hombre es libre, en la democracia, cada uno hace lo que le place y por eso, exhibe una infinita variedad de tipos de hombres y mujeres. No se exige cultura ninguna ni especial preparación para llegar a ser gobernante; además expresa que, basta con que se afirme ser amigo del pueblo. 
El demócrata típico, con todo, es aquel que, una vez vencidos los fuertes impulsos de su juventud, busca establecer una total igualdad entre las diversas inclinaciones –buenas y malas- de su alma. 
Acuerdan, Sócrates y Glaucón: 
"Ahora nos queda por tratar la más hermosa forma de gobierno y el hombre más hermoso, o sea la tiranía y el tirano." 
El exceso de libertad engendra la tiranía. Intoxicada por el abuso, la democracia denigra a los que quieren que se observen la ley y el orden. Desaparece toda disciplina y subordinación, hasta el extremo de que no hay respeto por ninguna ley, ya sea escrita o impuesta por la tradición. En medio de esa anarquía los más 
enérgicos y laboriosos se presentan ante el pueblo, como los defensores de sus derechos. De ese medio surge el conductor o jefe. Amenazado por los que disfrutan del gobierno, corre el peligro de ser asesinado, en caso de no convertirse en un lobo dispuesto a defenderse en cualquier forma. El pueblo, halagado por sus promesas, le presta su adhesión y lo protege Se impone, entonces, sobre sus enemigos, que se ven obligados a descerrarse, si no quieren sufrir la muerte. AI principio de su gobierno, el tirano es cauto, pródigo en sonrisas y promesas. Pero, una vez afirmado en el poder, provoca guerras para que el pueblo comprenda que necesita un dirigente, si no quiere exponerse al peligro de perder la libertad. Si alguien se opone a sus pretensiones, es eliminado. Es así como el Estado se priva de los mejores ciudadanos y el tirano utiliza los servicios de personas ruines. Día tras día necesitará más guardias y mercenarios, gente que lo rodee y proteja, obedeciendo incondicionalmente a sus caprichos. Durante un tiempo, se comportará con cierta aparente honestidad, hasta el día en que exprima a1 pueblo para que soporte y pague sus propios caprichos y los de la banda que lo rodea. 
El tirano se transforma en un déspota licencioso. 
Libro IX 
El diálogo se inicia con la descripción del tirano. Este se vale del artificio, el fraude, la violencia, todos los medios le parecen acertados para llegar al fin que se propone. 
La ciudad tiranizada es la peor; lo mismo pasa con el tirano. 
Sócrates, les pregunta, si el tirano no es el más desgraciado porque su alma esta sometida a las peores pasiones. Un alma en estas condiciones ignora lo que quiere realmente. A pesar de que es incapaz de gobernarse a sí mismo, se ve obligado a gobernar a los demás. Es un esclavo y un cobarde, desconfiado, sin amigos, sin alegría, una maldición para sí y para el mundo. 
Continúa expresando, que cuando los deseos pertenecen a las partes del alma codiciosa y ambiciosa se dejan guiar por la razón y por el conocimiento, en tanto, cuando el alma toda obedece a la parte filosófica y no se produce rebelión esta puede gozar de los placeres. 
A partir de esto puede proclamar quien es el gobernante más feliz. El verdadero aristócrata o filósofo, que empieza por reinar sobre sí mismo. Y el más miserable es el tirano, reverso del filósofo, esclavo de sus pasiones, que intenta esclavizar a los demás. 
Una segunda razón abona la mayor felicidad del que primeramente ha aprendido a gobernarse a sí mismo; y es que el amante de la sabiduría, en cuanto hombre, ha experimentado y sabe en qué consisten los deleites de los sentidos y la ambición.. Además, el filósofo enriquece su experiencia con otros dos criterios de su sano juicio: la inteligencia y el discurso de la razón o el logos. 
Finalmente, como tercer argumento, expone la falta de solidez y la relatividad de los goces inferiores. El hambre y la sed son indicios de la debilidad del cuerpo, así como la estupidez y la ignorancia son indicios 
de una especie de vacío del alma. Pero el cuidado del alma participa más de la verdad y proporciona un deleite mucho más auténtico que los placeres insatisfactorios de los sentidos. 
El alma del filósofo, en la cual las facultades disfrutan del placer propio de cada una de ellas, obtiene el verdadero placer al realizar las funciones que le son propias. 
El sabio conserva la armonía en su alma, mediante el buen orden de las facultades. Gozará del don de la verdadera ponderación 
Libro X 
Sócrates expresa: 
"-Y en verdad, aunque me atengo a muchas razones para creer que estamos fundando la ciudad más 
perfecta posible, lo afirmo, sobre todo, al considerar nuestro reglamento sobre la poesía. 
-¿Qué reglamento? -preguntó. 
-El que no admite en forma alguna que sea imitativa. Ahora, después de haber precisado con claridad las diferentes partes del alma, esta prohibición me parece de una necesidad mas absoluta y evidente." 
Aquí vuelve a remitirse lo que trató en los libros II y III. Por eso, al referirse a la poesía, expresa que los únicos poemas que deben admitirse son los himnos en honor a los dioses y los elogios de los grandes hombres. 
Al final del diálogo señala cuál será el destino de los justos y de los injustos. La mayor recompensa 
para la virtud consiste en la inmortalidad. 
La justicia, como ha demostrado antes, recibe ya su recompensa por sí misma en este mundo; pero todavía le aguarda una zona de fe y confianza, el premio definitivo. Para que lo ultimo resulte comprensible, expone el mito de Er. Los tiranos y responsables de injusticias reciben el castigo merecido por sus actos. 
Según se deduce de la fábula, todas las almas son iguales; serán durante su existencia terrena lo que ellas 
elijan. Por orden, cada una de ellas expresa su preferencia; pero, incluso para la última en elegir, si lo sabe hacer con discreción, se le presenta una vida amable. De esta preferencia previa depende la suma de bienes y de males que le esperan. 
Sócrates, le pide a Glaucón que le preste atención, reconociendo: 
El alma, es lo bastante fuerte para tolerar todos los bienes y todos los males; sin embargo, guiada por la inteligencia, debe seguir el camino del bien y practicar la justicia, para que cada uno sea el mejor amigo de sí mismo y de los dioses, haciéndose acreedor a una verdadera inmortalidad.